domingo, 18 de diciembre de 2016

Bitcoin, ¿la moneda del futuro?

Bitcoin es una moneda, como el euro o el dólar estadounidense, que sirve para intercambiar bienes y servicios. Sin embargo, a diferencia de otras monedas, Bitcoin es una divisa electrónica que presenta novedosas características y destaca por su eficiencia, seguridad y facilidad de intercambio.

Su mayor diferencia frente al resto de monedas, se trata de una moneda descentralizada, por lo que nadie la controla. Bitcoin no tiene un emisor central como los dólares o los euros, la criptomoneda es producida por las personas y empresas de alrededor del mundo dedicando gran cantidad de recursos a la minería.
Bitcoin cuenta con una serie de principios fundamentales:
  • 21 millones: la cantidad de unidades nunca podrá exceder los 21 millones de bitcoines.
  • Sin censura: nadie puede prohibir o censurar transacciones válidas.
  • Código abierto: el código fuente de Bitcoin siempre debe ser accesible para todos.
  • Sin permiso: nadie puede impedir la participación en la red.
  • Seudoanónimo: no se requiere identificarse para participar en la red Bitcoin.
  • Fungible: cada unidad es intercambiable.
  • Pagos irreversibles: las transacciones confirmadas no pueden ser modificadas ni eliminadas. La historia es imborrable.

La historia de los Bitcoins comenzó en la década de los 70 con la utilización de firmas digitales basadas en criptografía pública. En 2008 se describió el protocolo de Bitcoin. En otoño de 2015, el bitcoin aumentó su valor un 97%, superando los $490.
Las monedas virtuales abaratan los costes al eliminar los intermediarios por completo. A día de hoy es aún muy común que el envío de dinero a cualquier parte del mundo conlleve importantes tasas o comisiones debido a la gran cantidad de intermediarios que hay en el proceso. 
Ello incluye: Comisiones por transferencia bancaria, comisiones por aceptar o usar tarjetas de crédito o débito, comisiones por usar servicios de “envío de dinero” o comisiones por usar servicios de “pago online”.
A pesar de sus ventajas también conlleva una serie de problemas:
Países como China o Rusia han prohibido su uso por los incentivos a la evasión al fisco que ofrece. Al no estar respaldada por banco central ni Gobierno, alguno ofrece escasas garantías en caso de incidente. Asimismo, su elevada volatilidad hace que en muchos casos se haya convertido en un instrumento especulativo más que en una moneda.
Sin embargo, esta inestabilidad es normal en una moneda que está comenzando su implantación y que, por tanto, cuenta con pocos usuarios. Así que, tendremos que esperar para saber la respuesta: Bitcoin, ¿la moneda del futuro?.



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